5 jul 2007

En Buenos Aires, parte I

Después de 5 años, volví a Buenos Aires. Legue a las 18 hs del viernes con mi novia y me fui directo a lo de mis tíos. Me habían dicho que preguntara por donde pasa el 5, que ese me dejaba. Pero para no terminar "perdidos en tokio" (que cantidad de ponjas por dios!), nos subimos a un taxi.

Hoy, sabado a la mañana, teníamos que ir a "una cuadra donde estan todas las lanerías". Una vez hecha la investigación, nos fuimos a la parada del colectivo que nos dejaba bien. Ahí me surgió un gran pregunta, ¿como corno se paga el bondi acá?. Le pregunte a un flaco de sombrero vaquero, me dijo que con 80 centavos y que le avise al chofer. Mala elección la mía.
Resulta que cuando subo le digo "dos" al tiempo que le acerco la mano con 1,60. El chofer me mira y me dice "ahi en la maquina van las monedas". Puta, no era que le tenía que decir al chofer!. Me acerco a la maquina, que parecía una cafetera a propósito, y bueno para no extenderme digamos que todos se dieron cuenta de que no eramos porteños.
Nos bajamos en una que no me acuerdo pero que era la calle correcta. El único problemita fue que en vez de ir dos cuadras para atras y encontrarnos con todas las malditas lanerías, no tuvimos mejor idea que caminar 15 cuadras para el otro lado. Y ahi nos dijimos: ¿y si preguntamos?. Nos mandaron 17 cuadras para atras, nos tomamos un colectivo y esta vez las encontramos. Con este último colectivero pude entender mejor el corte "bondiman" al que se refería Milton.
Lo de las lanerías fue de terror, en "nube" teníamos el "d 26" e iba por el "c 45" mas o menos. Había tantas viejas como ovillos.

Una vez que nos fuimos, caminamos hasta corrientes, doblamos un par de cuadras hasta quién sabe donde y entramos a comer a una pizzería que resulto ser más cara de lo que yo pensaba. Nos pedimos una de calabresa que me agujereó el estomago. Demasiado picante, mucho. Me va a pedir perdón el baño. Salimos rápido, llenos, acalorados y con dolor de bolsillo.

Pero todavía faltaba lo más importante, volver. Nos volvimos en subte, casi nos tomamos el que iba para que otro lado pero nos avivamos de preguntar esta vez.

Entre el almuerzo y la vuelta pasamos por un local de ropa deportiva y mientras escuchaba con atención la charla entre la vendedora y xime me di cuenta lo acostumbrado que estamos los rosarinos a morfarnos las eses, y lo mal que me suena cuando alguien las recalca tanto.
Es como una especie de equilibrio, mientras más eses nos comemos nosotros más agregan ustedes.

Etiquetas:

|